El mercado municipal no voy frecuentemente pero es uno de mis lugares favoritos cuando voy es inevitable, me transporto a mi infancia acompañando a mi mamá con las tías. Ahora las idas son esporádicas y la motivación principal es comprar pescado, para todo lo demás, ya saben están los más de cuatro supermercados en la isla.
La última vez que fui
al mercado en la pescadería de siempre nos atendió el joven de la foto, primero le pregunte si podía tomar fotos en
el lugar y luego a él mientras le quitaba las escamas al pescado tienen su
cepillo especial para hacerlo más rápido,
recuerdo que en casa se hacía con el cuchillo casero y por supuesto sino
tienes practica terminas con escamas hasta en el cabello, también observar como con otro cuchillo
especial los corta y extrae las vísceras del pez con mucha agilidad.
Mientras lo hacía
empezamos la plática comentando de la
facilidad con la que hace las cosas,
después él dijo que por las mañanas trabaja en el local y por las noches
también trabaja pescando, se va solo al mar a pescar así a pulmón nada más, sin
equipo. Al preguntarle desde cuando empezó a pescar contó que desde los catorce
años aprendió él solito dijo que lo motivo
el hecho de que su mama nunca alcanzaba pescado cuando iba a comprar y por eso no lo comían mucho en su casa, así
que un día se dijo: voy a ir a pescar y así empezó. Nos siguió atendiendo, pesando el pescado y
sacando la cuenta, mi mamá no dejaba de preguntar si le iban a dar algún
descuento por la compra que había hecho, pero él decía que no, que dependía de
la jefa y finalmente no hubo.
En fin, el hecho es
que me hizo pensar en la pesca una
actividad esencial en la isla su práctica se va heredando de generación en
generación, y en algunos casos como este
joven que aprendió por su cuenta es muestra
una vez más de nuestra relación y
dependencia con la naturaleza, el mar y los recursos que nos ofrece para
subsistir. Recordemos meses atrás por la pandemia COVID-19 sin llegada de
turistas, sin empleos, hubo un regreso al mar para llevar comida a la casa, ya
sea a través de la venta de la pesca del día o para el propio consumo familiar,
esta situación dejo ver este sector pequero que día a día por la actividad
turística está presente pero invisible. Sin duda hay mucho más para conocer de
esta actividad como por ejemplo, el interés de los jóvenes en practicarla ya
sea como ocio y/o sustento económico, la pesca furtiva, los modos de pesca,
compra-venta, distribución, creencias, etc.
Buena compra! Compartir las reflexiones invita a hacer las propias. Gracias por la historia.
ResponderEliminar